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OSCR DE JUAN. EDUC. PARA LACIUDADANIA: DIARIO DE UN ADOLESCENTE CON TRASTORNOS ESQUIZÓFRENICOS TRAS LAS PRIMERAS CLASES DE EpC.

La Tribuna de Albacete (20/06/2007)TOCANDO FONDOÓscar de Juan.
 Diario de una adolescente con trastornos esquizofrénicos tras las primeras clases de Educación para la Ciudadanía.
 
“Convendría que se eximiese a Sofía de dicha asignatura hasta que alcanzase la mayoría de edad”.
 Hola, me llamo Sofía y tengo 13 años.  Mañana empiezo el segundo ciclo de la ESO en el instituto.  Estoy tan ilusionada con esta nueva etapa que me he animado a plasmar mis emociones en un diario escolar.  En la primera página he escrito una frase del Evangelio que oí el domingo pasado: “La Verdad os hará libres”.  ¿A que mola?  Lunes. Había expectación en la primera clase de Educación para la Ciudadanía (EpC).  Don Regino, el profesor, ha sido claro desde el principio: “A diferencia de otras asignaturas, en moral no existen verdades que aprender; mucho menos una Verdad con mayúscula.  Lo único que tenemos son acuerdos sociales manifestados en costumbres o leyes democráticas.  Costumbres y leyes que van cambiando con el tiempo pues cada uno es libre de interpretarlas a su manera.  Así se gesta el progreso. En nuestro país, durante los cuatro últimos años, hemos avanzado más que en los dos mil trescientos años que nos separan de Aristóteles”.  Como nos animó a participar yo le pregunté:  “¿Y si nos ponemos de acuerdo para aniquilar a una raza minoritaria o matar a seres humanos concebidos pero no nacidos?”  He de confesar que la frase era más de mi padre que mía.  Siempre le llevo la contraria pero luego en el Instituto defiendo sus ideas apasionadamente.  Martes.  “Hoy hablaremos de la libertad, tema juvenil por excelencia”, empezó D. Regino con evidente entusiasmo.  “Se han acabado los viejos tabúes impuestos por una Iglesia que salió de las catacumbas hace dos mil años y donde debiera regresar cuanto antes. Sabed que sois libres para hacer lo que os plazca.  Disfrutad del sexo como lo más natural del mundo.  Hacerlo, eso sí, de forma responsable, con preservativos”.  No hace falta explicar el jolgorio que se produjo en la clase.  Quien no se alegró tanto fue mi madre.  “¡Pobres chicos, no se dan cuenta que obrando de esa manera se están incapacitando para todo lo que supone esfuerzo, empezando por el estudio.  No olvides nunca, Sofía, que la peor esclavitud consiste en estar dominada por las pasiones y las ganas pasajeras”.  Miércoles.  Nos repartieron un cuadernillo de fotos titulado: “Tipos de familia”.   En la primera se veía una mujer con un niño; en la segunda un hombre y una mujer con dos niñas; en la tercera dos hombres besándose en presencia de unos perros que ladraban...  D. Regino comentó: “En el libro de lectura ‘Ali-Babá y los cuarenta maricones” encontraréis ejemplos de sexo en grupo y con animales.  No hace falta ir tan lejos. Lo que hoy quería  destacar es que existen muchos tipos de familia, que todos son igualmente válidos y que ninguno tiene vocación de permanencia. En este punto la legislación española también se ha puesto en la vanguardia del progreso al admitir la posibilidad del divorcio exprés”.  Mi madre no acababa de entender dónde estaba el pretendido progreso.  “¿Te imaginas, Sofía, cuántos padres hubieras tenido si me hubiera divorciado después de cada bronca familiar?  Pobres niños, que acaban pagando todos nuestros desmanes.  Y pobres padres.  Bastante difícil es la educación como para que encima hayan de ejercerla en una familia desestructurada”.   Jueves.  Hoy el profesor de EpC tenía aires más científicos.  “Hasta el sexo de las personas, que parece lo más natural del mundo, resulta cuestionable desde el momento que puede ser cambiado por una operación quirúrgica. Habéis de saber además que, más allá de la biología, vuestras preferencias sexuales pueden ir en cualquier dirección”.  Nos pasaron unas pruebas psicológicas y (¡ay dolor!) resultó que yo no tenía bien definida mi orientación sexual.  ¿Cómo se lo iba a contar esto a mis padres y amigos?  A quien se lo conté esa misma tarde fue al médico de cabecera con quien ya tenía concertada una visita de rutina.  Muy humano él, me acompañó al despacho del psiquiatra, quien un par de horas después emitió el siguiente informe: “Sofía padece trastornos esquizofrénicos a raíz de su asistencia a las clases de EpC.  Convendría que se la eximiese de dicha asignatura hasta que alcanzase la mayoría de edad”.Viernes.  Nada más entrar en el instituto me dirigí al despacho del director para mostrarle el informe del psiquiatra, avalado por unas letras de mi padre.  “Demasiado tarde -interrumpió-,  acabo de recibir esta carta de D. Regino”.  Y la leyó en voz alta:  “Estimado Director: Lamento decirle que voy a estar de baja durante una temporada larga a consecuencia de una depresión.  La culpa la tienen mis hijos que no quieren ni estudiar, ni trabajar,  ni obedecer.  Pero lo que de verdad me ha deprimido es que para justificar su conducta recitan párrafos de mis apuntes de EpC.  Por favor, diga a los alumnos de mi parte que en cuestiones morales lo mejor que pueden hacer es escuchar a sus padres.  Ellos son quienes mejor les aconsejarán, pues ellos son quienes de verdad les quieren”. 

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