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PUBLICADO EN EL DIARIO DEL ALTOARAGON

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25 de Marzo de 2007
El río Cinca a su paso por Monzón. - F. J. PORQUET
HISTORIOGRAFÍA
ZINCA
Si repasamos detenidamente las series anuales de aportaciones de los ríos pirenaicos, no dejará de llamarnos la atención un hecho muy significativo: un río que, en una estación de aforo determinada, situada en el Prepirineo, tiene una aportación media anual de 20 m3 por segundo, cae en los más profundos estiajes hasta mucho menos de la mitad; y, contrariamente, en las grandes avenidas, algunas de ellas consideradas “históricas”, la curva ascendente puede alcanzar una cresta de unos 1.500 m3/segundo.

Tal desproporción, que puede situarse entre las 150 y las 500 veces el caudal mínimo, dependiendo de la intensidad del estiaje y de la magnitud de la avenida, o, si se quiere, en 75 veces el caudal medio, difícilmente puede ser sometida a control, por lo que hay que aceptar como posibles y aún probables, los riesgos de desbordamientos, inundaciones, devastaciones, calamidades y desgracias para las gentes, sus tierras y bienes de todo tipo en las proximidades de las riberas. Precisamente por esto, quizá sea el aspecto menos criticable de la regulación de los ríos, juntamente con los abastecimientos a las poblaciones para usos de boca e industriales, el de la laminación de las avenidas mediante pantanos dispuestos al efecto, si bien, apresurémonos a aclarar, ambas finalidades, abastecimiento y laminación, se pueden alcanzar con pantanos muy pequeños.

Las causas de estas grandes avenidas son sencillas de explicar. Los ríos del Pirineo Central tienen una inmensa cabecera montañosa formada por macizos que superan los 3.000 metros de altitud, algunos de ellos con glaciares, con inmensos circos, lagos de montaña o ibones, valles altos y medios, amplios o angostos. Todo este conjunto acumula ingentes cantidades de hielo y nieve durante el invierno, y si, tras éste, la primavera trae un deshielo moderado, el caudal de los ríos aumenta sin ocasionar mayores problemas. En estas áreas se ha acuñado el término “mayenco”, sinónimo de caudal grande, propio y habitual en el mes de mayo. Pero el deshielo puede precipitarse a causa de temperaturas anormalmente altas, con el efecto consiguiente en el caudal; y si, además, nada impide que fuertes tormentas vengan a, por una parte, sumar agua de lluvia y, por otra, a acelerar grandemente el deshielo, la gran avenida puede estar servida.

El río Zinca tiene, juntamente con el Ésera, una característica muy notable: nace y se forma al Norte de la línea de altas cumbres, pese a lo cual logra abrirse paso a través de ella y emprender rumbo Sur hacia el Ebro y el Mediterráneo, sin sufrir drenaje alguno, tal como experimenta el Ésera en el Forau de Aigualluts. En efecto, el valle de Pineta, abierto hacia el Este, tiene su contrafuerte meridional formado por la línea de altas cumbres que corre de Oeste a Sureste: Marboré, El Cilindro, Monte Perdido (3.355 metros), Soum de Ramond, Punta de las Olas, Collado del Añisclo, Sierra de las Tucas, Angonés, Puntas Verdes, Sierra de Revilla, Mallo Gran, Nontinier...Del mismo punto de partida, pero ahora en dirección Oeste-Este, la línea divisoria con Francia: los Astazou, Tucarroya, Pico de Pineta, Punta del Forcarral, Pic de la Fenetre.


Por Bievenido MASCARAY SIN

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