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CARTA ABIERTALeer más    
13 de Octubre de 2006


San Agustín y su Regla en Aragón hasta el siglo XIII






El día 28 de agosto se celebra la fiesta de san Agustín, que murió ese día el año 430, en Hipona, sitiada por los vándalos. Fundó monasterios de hombres y mujeres, para los que compuso su Regla, que es la más seguida, por mas de 300 Órdenes, Institutos y Congregaciones religiosas con unas 400 ediciones en diversas lenguas, la mayoría en latín. Se le ha considerado como el “más sabio entre los santos y el más santo entre los sabios”. Ya Harnach afirmó: “si exceptuamos al apóstol san Pablo... ningún hombre tuvo la Iglesia cristiana que pueda compararse con san Agustín”. Se convirtió en el 387 leyendo una de las Cartas de san Pablo y por mediación de su madre santa Mónica y del obispo san Ambrosio que le bautizó el 25 de abril. Siendo un hombre del siglo IV y V sigue siendo actual y moderno por sus escritos, especialmente sus Confesiones, la obra que más ediciones ha tenido después de los Evangelios. Fue apasionado buscador de la verdad y de la felicidad, que logró encontrar en Dios. Su estilo ameno y clásico, con su teoría del conocimiento iluminado por Dios le hacen atractivo. Supo aglutinar la Religión cristiana con la Filosofía griega y del Derecho romano dando origen a la Cultura cristiana de Occidente con su Ciudad de Dios, la primera Filosofía y Teología de la Historia, donde, como afirma Eugenio d´Ors san Agustín descubre “la sociedad de la civitas ecuménica o Cristiandad, integrada por almas de todos lo colores y razas”.

El supo dar también una fundamentación teológica y filosófica al Derecho con la ley divina, de la que participa la naturaleza humana con la ley natural, que tiene un contenido mudable, ya que se da cuenta que su naturaleza es mutable. Al dar esto a conocer en 1964 se sorprendían algunos iusfilósofos alemanes como Hans Welzel. San Agustín es el más citado en la Teología católica, con 500 textos en el Corpus Iuris Canónici y 55 veces en el Concilio Vaticano II. Además de sabio fue buen pastor y un gran santo, que no quería salvarse sin su pueblo. Esto le llevó al Bto. Raimundo Lulio, el Doctor Iluminado, que se formó en Mallorca con ermitaños agustinos, a querer convertir a los musulmanes del Norte de África. Siguió la doctrina y método agustinianos, como más aptos para dialogar con los musulmanes, ya que no quería someterse al barrote o corsé de la escuela tomista. Sobre esto tenía proyectada una obra el P. Mateo Colom Canals que dio permiso y puso la primera piedra del actual Colegio San Agustín de Zaragoza en 1930. El sabía que frailes y monjes agustinos estaban en la Islas Baleares y también en España, desde el tiempo de san Agustín. El convento san Agustín de Burgos ya existía para 1040, aunque antes se llamó de san Andrés. Allí se daba culto al Santo Cristo de Burgos. Al castillo y monasterio de Loarre, donde había canónigos regulares de san Agustín pasó a ser prior un monje agustino de San Andrés de Fanlo. A partir de la reforma gregoriana en el siglo X la mayoría de los cabildos del reino de Aragón tomaron la Regla de San Agustín como canónigos regulares, Bisbal (Gerona) en el 977, Biscosium (Barcelona) en 1000, Urgel (1010), Jaca (1076), Riels (1086), Tarragona (1094) Huesca (1096), y Lérida (1168) etc. La praxis agustiniana extendió por Iglesias de Aragón y Cataluña Se sigue también la Regla de san Agustín en varios monasterios y castillos como el de Loarre a donde entre 1071 y 1083 pasó un monje agustino de San Andrés de Fando a ser superior de canónigos regulares; Alquézar, Montearagón y Monzón, entregados por Sancho Ramírez a los canónigos regulares de san Agustín entre 1070 y 1080.

La influencia del monasterio de San Rufo de Aviñón y su congregación llegó hasta Reino de León. Se fue extendiendo por catedrales como Tarazona, Tortosa, Barbastro, y Pamplona bajo el gobierno de Pedro de Roda o Andouque (1083-1115) y monasterios como San Juan de las Abadesas, Estans, San Félix de Valencia y otros. En el mes de diciembre de 1118, apenas tomada Zaragoza, se inician los trámites para poner al clero de la basílica del Pilar, según la Regla de San Agustín, lo que se logrará dos décadas después a solicitud del obispo Bernardo, segundo de su nombre, que se lo pidió a Inocencio II, como consta en la Bula Universalis Ecclesiae cura de 1139.



P. Fernando CAMPO DEL POZO

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